Las catástrofes naturales más comunes en el sureste son los huracanes. Al igual que en la temporada de tormentas de 2020, muchos estados se están preparando para una cantidad de tormentas superior a la media. Aunque agosto-octubre se consideran los meses principales para los huracanes, el 10 de septiembre es el pico estadístico de actividad tormentosa. Este pico suele producirse porque las aguas más cálidas del Océano Atlántico circulan durante este tiempo.
Durante la temporada de 2020, experimentamos la formación récord de 30 tormentas con nombre. De esas 30 tormentas, 15 se formaron durante el pico de la temporada. Sólo septiembre produjo diez tormentas, y en un momento dado, no menos de cinco tormentas giraban simultáneamente en el Atlántico. Con estos recuerdos en mente y el pico de la temporada de huracanes a la vuelta de la esquina, los propietarios y operadores de empresas deben asegurarse de que sus negocios cuentan con un plan de contingencia en caso de impacto directo. Un elemento de este plan es contar con un socio de soluciones de confianza que pueda hacer que su organización vuelva a funcionar en un tiempo récord.
Industrias esenciales como los centros de datos, la banca y los seguros requieren atención inmediata tras una catástrofe natural. Los peritos de seguros tienen que tramitar las reclamaciones lo antes posible para que los propietarios de viviendas y las empresas puedan hacer las reparaciones. Los bancos deben efectuar los pagos a los primeros intervinientes y a los equipos de construcción. Estas transferencias de datos dependen de la electricidad y de redes inalámbricas resistentes.
Comenzando con el huracán Hugo en 1989 y cobrando impulso tras el huracán Andrew, nuestros clientes empezaron a confiar en nosotros para mantener sus servicios al público, indispensables tras catástrofes meteorológicas. Tras superar numerosas tormentas, nuestro Equipo de Recuperación de Catástrofes y el Grupo Operativo de Respuesta a Tormentas han evolucionado hasta convertirse en una potencia capaz de prestar servicios de emergencia a escala nacional. Equipados con material específico para catástrofes y siempre a la espera, los equipos están listos para desplegarse en cualquier lugar de Estados Unidos en cuanto se les avise. En caso de catástrofe natural, nuestros comprometidos equipos dejan sus hogares y familias en toda la región sudoriental para desplazarse a las zonas afectadas. Desde allí, se desplazan para rehabilitar rápidamente las comunidades destrozadas por las tormentas y detenidas por las severas fuerzas de la furia de la naturaleza.
Hemos prestado servicios de emergencia a compañías de seguros, bancos, centros de datos, hospitales, hoteles y clientes de muchos otros sectores. Durante el huracán Sandy, enviamos equipos a algunas de las zonas más afectadas de Nueva York, proporcionando electricidad y telecomunicaciones de emergencia. Durante el huracán Isabel, establecimos centros de clasificación fuera de la trayectoria de la tormenta en Delaware y Maryland. Después de que la tormenta destruyera sus oficinas originales, instalamos y suministramos energía a las oficinas provisionales de varios clientes importantes de banca y seguros, instalando más de 100.000 pies de cable para líneas de telecomunicaciones en el proceso. Proporcionamos tractores-remolque para transportar equipos pesados, suministros eléctricos, grupos electrógenos, camiones bomba diesel y de gasolina, agua y hielo. Instalamos depósitos de combustible para coches y camiones en lugares críticos. También proporcionamos el gasóleo para los generadores que necesitaban repostar cada 8 horas. Este escenario es el que repetimos para nuestros clientes cada vez que se produce una catástrofe.
Los huracanes no son las únicas catástrofes naturales a las que responde Miller. También hemos ayudado a comunidades afectadas por tormentas de hielo en Arkansas, inundaciones en Texas y tornados en Kentucky y Tennessee. Además de ayudar a nuestros clientes a restablecer el suministro eléctrico lo antes posible para reanudar las operaciones, nuestro equipo también proporciona apoyo logístico transportando y distribuyendo suministros preposicionados como hielo, combustible, agua, MRE (comidas listas para comer) y otros productos esenciales para los empleados de nuestros clientes.
Tanto las catástrofes naturales como las provocadas por el hombre son inevitables. Desde huracanes, inundaciones y tornados hasta fallos en las infraestructuras, vertidos de materiales peligrosos o bioterrorismo, los gestores de infraestructuras críticas son responsables de minimizar el tiempo de inactividad haciendo los preparativos necesarios para garantizar la continuidad de la actividad en caso de catástrofe. Eso significa que deben dejar de pensar en las catástrofes en términos de lo que podría ocurrir y empezar a pensar en cómo responderán cuando una catástrofe ocurra inevitablemente.
Creemos que los gestores de infraestructuras críticas deben tener la confianza de saber que están preparados para un desastre. Al crear sólidas soluciones de continuidad de negocio para nuestros clientes, hemos ayudado a las organizaciones a proteger sus activos empresariales. A su vez, estos clientes pueden continuar con operaciones que aceleran todo el proceso de recuperación para todos los afectados. Si nos elige como su socio de confianza para la continuidad del negocio, podemos aportar esa confianza y tranquilidad a su organización.